domingo, 2 de marzo de 2008

El amor que no ama a los hombres

Es más fácil entender al Hombre que entenderse uno a sí mismo. Y sin embargo, nadie entiende nada. Lo que en uno escapa del Hombre, escapa también de uno mismo. No hay, desde hace siglos, una teoría del Hombre que explique al hombre lo que es el Hombre. El discurso cambia; la verdad, cuando la hay, permanece, oculta. Hablamos del Hombre, pero en realidad hablamos del hablar sobre el Hombre. Todos los hombres son mortales es la afirmación de un deseo, la fe en el cuerpo "corporal" de todos los hombres que saben que sólo les correponde pensar humanamente. El amor que no ama a los hombres, teoría de sí mismo volcada en la mismidad de su presencia. Y cada hombre, esto es, cada cuerpo, es lo mismo que su cuerpo. En este mundo, soledad de los cuerpos, no hay nada más. Es más fácil entender que no entendemos que entenderse uno a sí mismo. Y sin embargo, nadie entiende nada.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí, la verdad no entiendo nada

Rafael Cessa dijo...

Jajajajajaa, entonces ya entendiste. Ahora escribe, para que yo entienda.

Anónimo dijo...

Holaaa me da mucho gusto que me hayan pasado tu mail corazón.. espero que te acuerdes de mí, soy Raquel, Rachel, diva, divagación, palmeraaaa, etc , etc, etc. Amé lo que escribiste =) ... quizás no lo entendí tanto.. pero lo amé ... jiji byee

Rafael Cessa dijo...

Ahhhh, palmera diva divagación, desde luego que me acuerdo de ti, y de mí, y de lo que era cuando éramos otros; tú palmera diva divagación, y yo algo que terminaba en ortodimetilbenceno... qué tiempos... Gracias por pasar y leer. Espero encontrarte pronto.

Anónimo dijo...

La frase: "Todos los hombres son mortales" está dicha varias veces en tu blog. Las clases de escritura en mis tiempos estudiantiles recomendaban no repetir las frases en los ensayos.

Lo tomé, claro está, como lo que era, una mera sugerencia a la que nunca hice caso sin saber por qué. Hasta que leí un ensayo de Harold Bloom en el que repetía tres veces (como en un principio, medio y fin del texto) la misma cita bíblica alusiva al encuentro de Jacob con el Angel.

Para dar una idea del acto lector en una época en que éste (el lector) era el gran desconocido, Bloom rompía con esquemas de escritura - y, por ende, de lectura- académica.

Me fascinó leer tres veces lo mismo en el mismo texto porque cada que aparecía la lucha yo estaba cada vez más y más cansada. Con Sócrates me pasa lo mismo que con Jacob. Bloom dice que el encuentro con el Angel significa la bendición; pero yo, en realidad, sigo sin entender a los hombres.

Rafael Cessa dijo...

A los hombres nadie los entiende... porque no son, aunque sean, y son y no son, y tampoco, y también. Pero el Hombre... La frase que siempre retomo en realidad me retoma siempre a mí. Es culpa de ella, todo esto.

Anónimo dijo...

porque no son y son y no son...el son del corazón...

Anónimo dijo...

Justo así lo creo tmb, la frase te toma a tí, te envuelve en ella, te hace suyo de algún modo que no logras entender, entonces tendemos un puente con las palabras que nos lleven hacia nosotros mismos... pero, hacia qué de nosotros mismos... somos puentes o no somos nada, somos viento o somos de agua, y he ahí nuestros leiv motiv, que serían qué, los zapatos que nos calzamos para andar?, tú con tu todos los hombres son mortales yo con mi somos seres de viento y de agua... me gusta entenderte sobre el puente, aunque ninguno de los dos ni de ti ni de mí ni nosotros sepamos realmente en dónde es que estamos parados...

un beso.

Anónimo dijo...

pues lo único q he tenido claro en la vida es q no soy ni estoy y así ausente todo el tiempo...