miércoles, 5 de diciembre de 2007

Hoy

Fui a Kiosk (hakim) para escuchar una plática sobre la logística de la empresa. Esperaba en el vestíbulo y mientras lo hacía descubrí que las flores que están sobre el mostrador son artificiales. Un niño leía sentado a mi lado. Leía El Horla, de Maupassant. Tenía, el niño, 11 años. Esperé cuarenta minutos y como no llegaba la persona que daría la charla, me fui.
Caminaba hacia el centro. Pasé al teatro a preguntar sobre el concierto navideño que ofrecerá la sinfónica y noté que había algo de gente formada en la entrada de la Sala chica. Se iba a presentar un espectáculo de danza contemporánea a cargo de la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey. Como era gratutito, me quedé. Para variar, no entendí nada, salvo el enfoque que siempre hay hacia la experimentación con nuevos ritmos, la iluminación y lo teatral. Me parece que tienen un buen nivel en los aspectos técnicos.


Mañana viajo a Puebla. Mañana regreso a Xalapa. Voy a una reunión por el cumpleaños de Carlos, mi hermano menor. Creo que no tendré tiempo para hacer mucho, me encantaría ir a patinar.


Terminé Balún Canán. Comienzo La milagrosa.


Si no hay al menos melancolía no hay escritura. Quizá mañana. Saludos, desde mi Petit Trianon.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para iniciar el taller de poesía abordo un concepto de Graciela Montes, "la frontera indómita", que pongo en escena con ténicas de danza contemporánea. Indudablemente no domino ni remotamente las técnicas, pero sí eso que quizás le falta a los danzantes.

La frontera indómita alude a esa fisura del infante cuando lo abandona la madre (si es que esto ocurre)y el niño se queda solo, meláncolico, llenando ese hueco con literatura.

Hoy fui a mi clase de danza árabe, estupenda como siempre y de ahí partí hacia la librería a buscar el libro para el intercambio navideño. Me tocó obsequiar el libro a una señora que se inicia en la lectura literaria. Elegí para ella Círculos, de Aline Pettersson.

El libro no lo he leído, pero a la autora la conocí en una charla que ofreció en Humanidades hace algunos años, cuando en los círculos académicos se pensaba que la literatura infantil no era literatura.

Aline escribía en aquel tiempo para niños y en las charlas contaba sus experiencias con los pequeños lectores que la motivaban a seguir escribiendo. Un crítico literario reconocido, de nombre Christofer Domínguez, se refirió a ella como la doméstica de la literatura.

Lo cierto es que los cuentos infantiles de Aline gozan de un uso exquisito del lenguaje en el que los niños se regodean, tanto como yo cuando los leo en voz alta. Por esas mismas fechas de los años 80, el gobierno mexicano invitó a los escritores a sumarse al esfuerzo de Aline, puesto que no se encontraba en las librerías textos que hablaran a los niños de sus vidas cotidianas.

Así, bajo esta petición, llegaron a mis manos textos espantosos de escritoras que fantaseaban con sus vidas cotidianas adornadas con ingredientes de los cuentos de hadas.

Para fortuna nuestra, la década siguiente se vio favorecida con la publicación de innumerables cuentos pertenecientes a colecciones de editoriales que diseñaron a conciencia la demanda lectora: Norma, FCE, Alfaguara, entre otras. Fue el Ministerio francés, a cargo de Genvieve Patte, el encargado de entusiasmar a América Latina con el programa "Leyendo de la mano de papá y mamá", que en México fructificó bajo el Programa Nacional "Hacia un país de lectores", en el que se inserta el Programa Nacional Salas de Lectura al que tú, querido Rafa, perteneces.

Aline me parece una de esas escritoras puente, de esas que introducen en la lectura literaria a un gran número de personas.

"Círculos -dice el paratexto- es el descubrimiento de la vida femenina y sus infinitas posibilidades. En una larga travesía que dura menos de veinticuatro horas, presenciamos el discurrir de una mujer que, aparentemente, no es nada extraordinario."

Compré, además, Movimiento perpetuo, de Augusto Monterroso. Dos de sus textos me hicieron acordarme de tí:

"¿Qué se propone uno con la filosofía? Enseñar a la mosca a escapar del frasco."

Ludwig Wittgenstein
INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS


EL MUNDO

Dios todavía no ha creado el mundo; sólo está imaginándolo, como entre sueños. Por eso el mundo es perfecto, pero confuso.

Monterroso

Creo que Monterroso, además de escribir con humor, escribe con melancolía.