lunes, 24 de diciembre de 2007

Sintítulo

Siento imposibilidad. La siento en el cuerpo, como algo parecido a la marea de la pereza y cercano al desconcierto. Todo, absolutamente todo, sucede en el cuerpo. Pero no primeramente en el cuerpo. Un buen día uno se siente. Y entonces sucede: así como los cuerpos de los ahogados salen a la superfice en el mar, así emergen las respuestas a las preguntas formuladas o no. Y también nuevas y viejas preguntas, y ocurrencias, y sueños y desvaríos varios; algo se desata a sí mismo; algo se rompe en el vacío y algo se llena. Todo concepto, al ser sentido, al ser padecido, nos envuelve, nos invade, se desdobla y nos comprende por los siglos de siglos amén. Y el resultado... ¿Debemos seguir pensando así, tan natural? El cuerpo es un piano que se toca a sí mismo.

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Feliz cumpleaños papá

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ave Spinoza...

Llama mi atención un comentario anónimo donde se te dice que estás desaparecido, que la soltería te ha hecho mal. Leo y comprendo, me comprendo. Entonces pienso en tí, te miro en la distancia y sé perfectamente dónde estás, cuál territorio habitas.
Vi (ya sabes dónde) una imagen de mi cerebro: cada pliegue, cada curvatura simulaba una persona. Me pareció una metáfora bellísima de las relaciones humanas, esto es, la persona encarnada hasta la médula, no en un pie, en el hígado, en una mano. No.

Mañana habrá camarones...

fuegoensagitario@hotmail.com dijo...

Hola.

Gracias por tus comentatrios en mi blog.

Cadencias en mis palabras... Sí, puede ser.

Un beso