miércoles, 12 de diciembre de 2007

Pretérito perfecto

Este texto forma parte de un diario que comencé a escribir hace mucho (lo dejé por la paz también hace mucho). Una vez lo tomé como pretexto para algo así como un cuento, hoy perdido. La fecha es 01/06/02.

Mis ojos se han abierto sin que yo necesitase dar la orden. Soy conciente de la rebeldía de algunas de mis partes, de la naturaleza maquinal de mi ser y del riguroso cuidado que requiere ser hombre, estar vivo, tener ojos. Mis manos, que son incapaces de ser libres como mis ojos, como yo mismo, esperan cada mañana a que decida yo por ellas. A falta de libertad (las manos son esclavas por naturaleza), han sido dotadas de una inteligencia casi humana. Las manos son capaces de distinguir entre las voces y saben cuando se les pone a prueba. Si Oscar les pidiera que se abrieran, como suele hacerlo cada vez que vamos juntos por la calle, no lo harían; mis manos sólo obedecen a mi voz. Si les pido que se abran lo harán de inmediato, pero si lo hago sólo por ponerlas a prueba, como retándolas a hacerlo por ellas mismas, como acostumbro hacer cuando estoy sólo en mi habitación, no lo hacen. Mis manos son así. Mis ojos, en cambio, son libres. Sediciosos sería la palabra correcta. En las noches, por más que quiero mantenerlos abietos, se cierran causándome el sueño que es pura pérdida de tiempo. En las mañanas se levantan sin importarles si quiero o no seguir durmiendo. Mis manos son así.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Edward Lear, fundador del 'nonsense', se llamaba a sí mismo Lord Procurador de Galimatías y Absurdos, Grande y Magnífico Asno Peripatético y Luminaria Productora de Tonterías. Nació en 1812, el menor de veintiún hermanos. La base de sus disparatadas composiciones consistía en jugar con las palabras y la ortografía inglesas. Lo fascinaban las más fantásticas extravagancias del ingenio verbal, especialmente las combinaciones de sonido y sentido. Sin embargo, aparte de su valor como diversión, todo este absurdo literario representaba para Lear algo más profundo: constituía una válvula de escape para sus conflictos internos, provenientes de sus sufrimientos y tristezas. Por otra parte, tal vez pensaba haber creado la clase de literatura digna de la gran mayoría de los humanos que, con muy pocas excepciones (entre las cuales por supuesto se encontraba él) eran todos idiotas.

MOVIMIENTO PERPETUO. Augusto Monterroso.

Anónimo dijo...

Háblame, Azar, sobre las manos...

El hermano menor se hizo pasar por el otro con ayuda de la estratagema consistente en vestirse con sus ropas y en cubrirse las manos y el cuello con pieles de cabrito, con el fin de imitar la extraordinaria vellocidad del hermano mayor; y a ese acto le indujo su madre, que tomó parte activa en él ayudando al hijo a ponerse las ropas del otro hermano y a cubrirse manos y cuello con las pieles. De esa manera consiguió Jacob, el hijo más joven, atraer sobre sí la bendición paterna que estaba destinada al hermano mayor...

...aunque la mañana se transformó en tarde y la tarde en noche, y el príncipe rogó se le permitiese partir y bajar la montaña, la princesa lo retuvo, pendiente de sus labios, mientras él le contaba sus aventuras y valerosas hazañas. Al fin ella no pudo ocultar sus sentimientos por más tiempo; le declaró su amor y le ofreció su mano. Mano que él aceptó de buen grado, no sin alguna vacilación...

...en Palestina, al contar las medidas de grano, algunos mahometanos dicen, para la primera, "Dios es uno"; para la siguiente, "nadie semejante a El"; para la tercera, sencillamente "tres"; y así sucesivamente (...). Sin embargo, "existen algunos números de mala suerte, el primero de los cuales es el cinco, de modo que en lugar de mencionar esa cifra se suele decir 'tu mano'..."

...en la tribu de los arunta, que viven en el centro de Australia (...)Cuando una viuda desea se le levante la prohibición de hablar que pesa sobre ella, coge un recipiente de madera de regulares dimensiones lleno de alguna semilla comestible o de pequeños tubérculos (...) se dirige al campamento general (...) Una vez en él, todas se sientan en el suelo y lloran a grandes voces, con lo cual los hombres (...) acuden y se unen al grupo. Entonces esos hombres toman de las manos de la viuda la vasija(...)y mientras la sujetan tantos como puedan hacerlo gritan con grandes voces: "¡Wah! ¡Wah! ¡Wah" Todas las mujeres, con la excepción de la viuda, dejan de llorar y se ponen a lanzar el mismo grito. Pasando un breve intervalo, los hombres mantienen cercano al rostro de la viuda, pero sin llegar a tocarlo, el recipiente (...)y lo pasan de una mejilla a la otra de la mujer, mientras todos gritan de nuevo: "¡Wah! ¡Wah! ¡Wah!" Ahora la viuda deja de llorar reproduciendo el mismo grito (...) Transcurridos algunos minutos se pasa el recipiente (...) a los hombres que forman las filas posteriores del grupo, quienes se hallan de cuclillas en el suelo y sujetan con ambas manos sus escudos; entonces los golpean con fuerza contra la tierra, frente a las mujeres que se encuentran de pie.

EL FOLKLORE EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.J.G. Frazer.

Anónimo dijo...

N-a-ï-f