jueves, 14 de febrero de 2008

Femenino singular

Biela sentada frente a la ventana observando la enredadera que cubre el muro. Todo pintado de pálida luz
Ahora que está sola debería huir, pero no lo hace. Mira absorta, confusa tal vez, la enredadera sobre el muro. Se lleva las manos al rostro, ocultándolo. Una sensación en la nuca.
En su mente, que es como un libro, relee las notas escritas junto al texto en su primera lectura. Le parece absurdo haber colocado tantas y que ahora, algunos años después, carezcan de significado. Es una lástima, ¡si tan sólo recordara el porqué de aquella que yace justo al final… su nombre!
Alguna vez, quizá, fue joven. Ninguna nota en su libro lo confirma. El rostro, ligeramente marchito bajo los ojos, no dice nada.
Se pone en pie con violencia y se lleva una mano al cuello. La silla cae, se destruye, se desmorona sobre el piso de baldosas. El viento le trae el recuerdo de un hombre en la forma de una caricia helada que le sube por las piernas. Se estremece como cada noche, cuando él viene y se posa a su lado.
El reloj anuncia la media noche.
Algo se enciende en su interior y consume las páginas del libro; un fuego que no emite luz ni calor.
Toma la silla del suelo y la coloca en su lugar. Se vuelve un momento hacia la ventana, luego se va.
La enredadera cubre el último centímetro libre del muro.
Sube por la espiral de la escalera. Se mira al pasar frente al espejo: veintitrés años.
Esta noche, su mirada es verde y sus brazos son pequeñas ramas extendidas. Retoca el carmín de los labios, el rubor de las mejillas -los encajes de su falda le dan un aire vegetal. Escucha pasos que se acercan. Sus labios se despliegan en una sonrisa maliciosa.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Biela sigue sentada... el carmín de los labios se desvaneció. Ahora un par de años más han pasado y la enredadera sigue avanzando frente a sus ojos. Pobre Biela.


un beso.,

-aún no se resuelve nada, a ver mañana-.

Armandís de Mina dijo...

Biela debería pararse y salir a la vida, sé que a veces siente que alguien vive su vida por ella, que ésta se retuerce y dibuja sinuosas curvas por sí sola y que los sueños de ayer no son mas que recuerdos de hoy, lo sé porque así me siento a veces.

Creo que el hombre de vidrio se lo dice mejor a Amélie que yo a Biela.

Anónimo dijo...

merci bcp.

Mañana no resolvió nada pero cambié mis lentes por otro par. Veo mejor...

Las cosas se están mejorando, así lo quiero creer.

dos besos.