domingo, 14 de octubre de 2007

Miércoles para despertar jueves

He leido muchas veces sobre eso. Lo he trabajado en un texto, sin resultados. Las películas, últimamente, no hablan de otra cosa. El único problema es que al parecer nadie sabe qué es. Yo una vez lo tuve; una sola y así de cerca; lo tomé entre mis manos y me acosté a soñar despierto (era jueves). Y se apagó. Dejó, eso sí, un calorcito casi imperceptible que con el paso de los días se transformó en un aroma como a palabras fuertes que me provoca una sensaión en el abdomen. Después recordé la nota que dejó para mí. Una palabra escrita en un pedazo de papel. Lo llevo conmigo a todas partes, es mi compañero. La mirada no la extraño. Es el gesto en la mirada, la fuerza de los ojos que no está en los ojos. Quizá ya sea tiempo de escribir otro nombre (el miércoles era muy feliz). Después de todo, el verano ya terminó.

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