viernes, 4 de enero de 2008

El laberinto de la soledad

Otra vez la imposibilidad, el cuerpo que siente frío cuando no hace frío, El libro vacío, la ausencia silente, la presente, la que nos dejan. Somos átomos, seres cerrados, encerrados, asegurados con 100 candados interiores y un par de llaves arrojado fuera de nosotros, entre nosotros pero afuera, sobre la acera. Soy una parte del todo, de la soledad absoluta que se abandona siempre a sí misma. Todos, en todas partes, estamos solos. No nos hacemos compañía, estamos solos. Chocamos, unos con otros, como átomos que no consiguen nunca, de tan diversos, formar una triste molécula cualquiera. Tu soledad es la mía, pero la mía es sólo mía. Estoy solo en la soledad, un lugar solitario donde no hay ni un triste solitario más. La soledad es una distancia: la que separa lo uno de lo otro. Considerar seriamente mi soledad, sucesión infinita de puntos, como un segmento de una línea finita pero infinitamente más grande que yo. Mi soledad es grande, como para dos, pero estoy solo. Me analizo, me desato, cada adjetivo, cada palabra que se pierde en el predicamento de ser predicado de un sujeto desconocido, cada morfema que se me adhiere es un escalón que desciendo hacia la soledad profunda, es otro círculo que se cierra en mi ambiente cerrado por círculos concéntricos, la soledad absoluta en la que permanezco solo. Soy (primera soledad), mexicano (segunda soledad), 22 años (tercera soledad). Mi soledad está viva, respira, tiene ojos. Considerar seriamente mis soledades. Somos regalos que no consiguen nunca darse.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

cuando acabas de pasar por una emocion,una decision una experiencia, vivirla, y leer algo, por lo regular tratas de adpatarlo a tu vida y hacerlo encajar como una pieza de rompecabezas, hablamos de una soledad sola, solamente para ti y tuya completamente,algo que no puedes encontrar en alguien mas ni compartir con alguien mas por mas que lo intentes, en este momento lo adapto a mi,queria compartir esa soledad con alguien que vivia la suya, queria traspolar de mi un sentimiento, uno muy mio al grado de no respetar el orden molecular y atomico,pero esto que cada quien tiene en us interior es solo para uno mismo y nadie mas,no puede intentar darlo solo expresarlo y aun asi sigue siendo tuyo...una razon mas para hacer lo que hice...ves como lo adapte a mi vida??? jajaj merci bcp monsieru raphaël atte. ajvier melchi

Rafael Cessa dijo...

Hola señor melchi, un placer leerlo de nuevo. Creo que entiendes muy bien lo que está en juego aquí. No me interesa la persona en sí, si puedo o no darlo todo, sino la condición, la postura de darlo todo. Hay personas que pueden darlo todo, incluso sin quererlo, todo se les va y a veces no reciben nada. Yo lo he regalado todo, pero todo vuelve siempre a mí, porque nadie sabe, al parecer que hacer con todo eso. Me repito a mi mismo en lo que digo, a veces involuntariamente. Escribo y cambio, pero no mucho, como dice Pessoa. Lo importante siempre queda oculto, sugerido, escondido entre "la penumbra que va dejando el lapiz". No hay que hacer, así me pasa cuando me pasa.

Anónimo dijo...

carajo, te quedô delicioso!