miércoles, 23 de enero de 2008

Tiempos

El orden tarda en llegar. Lo digo en relación a mi cuarto y lo escucho (lo recibo en mí, desde mí), lo pienso en relación a mi vida. ¿Por qué me digo estás cosas? ¿Me habré convertido ya en mi propio oráculo? Sé que esto, al parecer insignificante y vacuo, puede ser tomado fácilmente por una sarta de verdades de Perogrullo. Pero póngase en esto cuidadosa atención. Decir que toda acción transcurre en realidad en presente no quiere decir que seamos de hecho concientes de ello. Se puede usar la conjugación de los pasados y futuros e imaginar que al escribir algo usando el pasado evocamos, o que escribir en futuro sugiere y predice, pero esto vale sólo para la lectura y su mundo. Se escribe sobre el pasado y el futuro pero siempre en presente. Toda acción desprovista de su "actualidad" es sólo palabra. Y la palabra hace, pero no en el mundo.
Podemos leer textos escritos en pasado, presente y futuro, porque así se escriben, pero la "acción" de leerlos y escribirlos siempre ocurre en presente. No confundo el tiempo real con el tiempo de la narración. En la novela, por ejemplo, la acción tamién ocurre, como en un mundo, y no sólo es registro. ¿Cuantos tiempos suceden cuando uno está leyendo un texto en el que seguimos la voz de un narrador que nos narra que está escribiendo? Me dicen que para Fuentes y Kundera, la novela es la creación de nuevos mundos a través de la palabra. Y así es, en efecto. La novela es la creación, nuestra creación, de nuevos mundos a través de la palabra. En la biblia la palabra hace, pero la palabra es en realidad verbo, y un verbo divino. En el mundo, la palabra nos mueve a la acción, no es la acción. Los verbos no son acciones, son palabras que expresan acciones.
Hoy me levanté en el umbral de la vida cotidiana y concreta. Todo lo del mundo es individual y plural. La existencia es pasajera, no hay nada definitivo. Recuerdo un ejemplo de clase: nos despertamos en un tren en movimiento y no sabemos en dónde estamos (estamos en el tren, pero no sabemos en dónde está el tren) ni hacia dónde vamos, estamos solos, nos acercamos a la ventana para tratar de reconocer el exterior y lo primero que vemos es nuestro rostro enigmático reflejado en el cristal. Así continuamos. Leer mientras se viaja (redundancia sentida) hace que todo pase más rápido: ningún trayecto es largo con-en-por la lectura. Somos pasajeros sin boleto y equipaje. No traemos libros, viajamos ligeros. Nos conformamos entonces con mirar al exterior, pero acostumbrar la mirada lleva su tiempo. Todo es cuestión de tiempos. Mirar, reconocer, consentir, estar, existir. Y a través de todo, créanlo o no, nos creamos a nosotros mismos. Y por eso el orden tarda en llegar.

Notas:
I__I I__I: Suceder.
I_I_I_I_I: Transcurrir.
_______I: Ocurrir.

1 comentario:

cris dijo...

hola soy cristina la amiga de fedex jeje esta muy padre lo ke
escribes me gusto mucho tu blog
me puse a leer hasta lo de dias pasados luego seguire leyendo mas
ya estoy un poco cansada cuidate salu2 tienes un talento muy especial para escribir ciao