lunes, 19 de mayo de 2008

FBI

Mi encuentro con F. es un sueño largo. B., la caballería, las piedras. Un sueño sin imágenes, un sueño de ideas irregulares. Me pregunto que será de eso, qué vendrá a salir. La forma en que habla de B. me recuerda al discurso sobre Bruno. Es sin duda uno de esos grandes olvidados. Maestro del silencio al fin. F. me habla de otros en un lenguaje personal. Me preocupan los ojos y los libros.

La casa es bonita, sencilla y blanca. Inflamos los colchones con una aspiradora. Un niño que iba y venía entre el camino, la casa y la habitación nos regaló mangos. La gente nos da cosas (muebles, trastes), préstamos que acomodamos lo mejor que podemos. Es tarde; aquí, sólo nosotros estamos arriba a esta hora. Los caminos desiertos, oscuros, están lejos . Hay árboles enormes, ramas secas como brazos. No he visto aves pero hay grillos. Voces cantan en la hierba. Comparto una habitación con ventana de tablón. A través, después, cerca, algo así como un bosque en miniatura. Olvidé mi minotauro de peluche.

2 comentarios:

cuar dijo...

a mi tambien me recuerda mucho a ti, a mi y a todo. no te conte sobre una pata de chivo en el bazar, seguro era de santeros. no entiendo nada de lo que dices en el primer parrafo, pero supongo que no deberia entenderlo.
cuando regreses vamos a jalcomulco, ahi hay muchos mangos y podemos embarrarnos en ellos.

Anónimo dijo...

qué loco
no me transmitas tus sueños!
o es ya esta conexión que ni tú ni yo sabemos que desde hace cuánto tiempo ya existe... porque al menos si algo sabemos son las largas bufandas y mantitas que las distancias tejen a manera de sueños y realidades y otrs historias que quién sabe...
al caso,
soñé con F.
soñé que ya volvía.
que me lo decía A.
en son de queja.

pues qué loco.