jueves, 8 de mayo de 2008

Mi libro, tu libro

Cualquier acción destinada hacia la promoción de la lectura debe presentar a ésta como algo atractivo. Si la acción en sí misma no es atractiva, y pienso sobre todo en largas conferencias o en extrañas "visitas de autor", entonces es un caso perdido. Se trata de hacer promoción y las más populares siempre han sido el 2X1, los 12 (o más) meses sin interesés y el famosísimo en menos de 30 minutos o es gratis. En todos los casos, si el cliente (los libros cuestan, aunque no se gravan con IVA) opta por la opción, obtiene beneficios, y éstos son siempre inmediatos y concretos (más producto, facilidad de pago o pizza caliente y puntual) y nunca extraños o meramente abstractos. A alguien le puede parecer atractiva una licuadora de muchas velocidades o incluso una reversible o aerodinámica, pero para la gran mayoría, al menos en el principio, sus necesidades se satisfacen con una sencilla y que haga bien su trabajo. Es el mismo caso con los libros. Quizá la única diferencia sea la consigna comercial de VENDER, VENDER, VENDER, y su complemento LO QUE SEA A QUIEN SEA. Aquí no interesa (aunque en ocasiones no parezca así) esa especie de impulso: se tiene la convicción de que todos, a su debido tiempo, compraran lo que cada uno necesite, si eso que necesitan está en el mercado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta el enfoque, es atractivo. Me parece que es buen texto para publicar en periódico con sus respectivas ampliaciones. El tono me gusta mucho.