domingo, 4 de mayo de 2008

Otra vez las cosas

Ayer leíamos sobre los léxicos sonoros. En la novela, una niña había ido formando, durante mucho tiempo y con paciencia, con los sonidos que escuchaba, sobre todo los nocturnos, un diccionario secreto sin definiciones. Sin saberlo (sin conciencia), llevamos años formando léxicos similares. El nuestro es un léxico sobre un aspecto de las cosas. Nosotros lo llamamos lo que no parece suceder. La ausencia de definiciones no tiene que ver, como en el caso de la novela, con una referencia al miedo. Sabemos de antemano de dónde provienen, qué las produce, dónde empiezan y dónde acaban. La ausencia de definición, definitivamente, tiene que ver con el carácter no racional de esa parte de las cosas. No hace falta elaborar un análisis de las cosas; no interesa. Es de eso de lo que hablamos aquí; hablamos de lo que no se puede, de lo que no es posible asir. No es un agente, no es un cuerpo, no es fuerza, magnitud o cosa. Hay algo en las cosas que no parace suceder. Lo sentimos o no, lo somos o no. No hay de otra.

No hay comentarios: