jueves, 8 de noviembre de 2007

Saudade

Me acuesto en la cama (me duermo) y despierto en las esquinas oscuras de la habitación. Cada nuevo día me levanto luciendo alas distintas y un dolor que nace en los pies. De nada sirve haber soñado en presente subjuntivo: siento frío, ausencia, saudade. Todo me habla de tiempos pasados: yo soy mi propio historiador.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

REMEDIO CASERO PARA ANTES DE DORMIR

La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.

Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.

Anónimo dijo...

He mirado a estas horas muchas cosas sobre la tierra
y sólo me ha dolido el corazón del hombre.
Sueña y no descansa.
No tiene casa sobre el mundo.
Es solo.
Se apoya en Dios o cae sobre la muerte,
pero no descansa.

El corazón del hombre sueña
y anda solo en la tierra
a lo largo de los días, perpetuamente.

Es una mala jugada.


LA LUNA y DEL CORAZÓN DEL HOMBRE.
Jaime Sabines